Al comenzar el siglo XX, las prácticas deportivas estaban
difundidas entre los sectores más acomodados de la sociedad. Muchas de ellas
habían sido introducidas por inmigrantes ingleses, de allí que en el
vocabulario de algunos deportes aún pueda observarse la influencia de esa
lengua.
La vida sana, el cuidado del cuerpo, el bienestar como
resultado del contacto con la naturaleza, comenzaron a valorarse cada vez más,
y en consecuencia, todas las prácticas y quehaceres en torno de estas
actividades empezaron a ser valoradas por un creciente número de adeptos.
Deportes como el tiro, la gimnasia, el ciclismo, el turf, el
polo, el boxeo, el básquetbol, el rugby estaban de moda, y también el fútbol,
que para entonces no era de ningún modo el más popular.